Arte y política en la vida de artista

Pensemos en un poema dada. Da-da. O más bien da-Da. O podría ser da-aD... Pensemos ahora en lo fútil y divertido que puede ser esto. da-ed-Do-di-Du. ¿Sería posible hacer lo mismo con nuestros pa-dres, con los dí-as?

No importa. El caso es que dicha forma de proceder es un buen ejemplo para entender cómo funcionan las técnicas artísticas desde hace aproximadamente 100 años. Ya sea como collage, montaje, desvío, cut-up o meme, estas técnicas han sido aplicadas por todo el mundo. Así, de la mano del capital, hemos convertido la producción cultural en una suerte de falsas ''relaciones públicas'' (Debord 94), donde las artes funcionan como medio para detonar diferentes situaciones sociales y comportamientos humanos.

Lo político del arte radica en las relaciones técnico-sociales inherentes a la praxis. La técnica ya no tiene mucho que ver con destrezas físicas o capacidades miméticas, sino con su posibilidad de conflicto social. Loc-aul no quiere decir que haya un abandono de la forma, si no-por el contrario, un entendimiento expandido de sus posibilidades y afectaciones en la vida cotidiana (Tecno-materialismo (Hester 20)).

La coherencia-técnica entre lo que se hace (forma) y lo que se piensa (contenido) es lo que abre la posibilidad de conflicto propio de una imagen-acción acertiva. En arte, vivir es un problema de diseño. ¿Cómo y cuándo se piensa-haciendo, dónde, con qué y con quiénes se hace-pensando? Pero también cuándo no.

''Pregunta filosófica: desde qué ángulo empezar a mirar la vida, a dios, a las ideas, o a cualquier otra cosa. Todo lo que vemos es falso. No creo que ningún resultado sea más importante que escoger entre pasteles y cerezas para el postre. El modo de mirar apresuradamente las cosas desde un punto de vista opuesto, para imponer la opinión propia se llama dialéctica, en otras palabras: cara yo gano, cruz usted pierde, pero siempre vestidos para parecer inteligente.'' (Tzara 2)

''En la medida en que el arte que se mira en la vida participa de sus fuentes cotidianas, con la pretensión manifiesta de ser como la vida, se convierte en interpretación y, por lo tanto, en <<sentido>>. Pero no es la vida en general lo que tiene sentido; una abstracción no se puede experimentar. Sólo la vida en particular puede experimentarse -algún aspecto tangible de la vida que actúe como su representante, por ejemplo, un tomate maduro en verano-.'' (Kaprow 286)

''Y otro tanto puede decirse del artista respecto a la vida; en tanto él elija -proceda arbitrariamente- será un ser desprovisto de libertad; sólo cuando sorprenda la inexorabilidad de la vida, podrá así mismo representarla: entonces, él ya no tiene otra alternativa y, por consiguiente, es libre y auténtico.''  (Wagner 73)

''¨¿No ha sido toda gran época del arte una fiesta fúnebre en honor de un momento desaparecido?¨. Esto es también cierto a escala individual, donde cada obra es una fiesta fúnebre y conmemorativa de un momento desaparecido de la vida.'' (Debord 75)


Antonio López. La cena, 1971-80.



Referencias

Debord, Guy E., et ál. Internacional Situacionista: textos completos en castellano de la revista Internationale Situationniste (1958-1969). Madrid: Literatura Gris, 2001. Impreso.

Hester, Helen. Xenofeminismo: Tecnologías de género y políticas de reproducción. Ciudad autónoma de Buenos Aires: Caja Negra, 2019. Impreso.

Kaprow, Allan. Entre el arte y la vida: Ensayos sobre el Happening. Barcelona: Alpha Decay, 2016. Impreso.

Tzara, Tristan. Manifiesto dada. San José: Edciones 1390, 2017. Impreso.

Wagner, Richard. Arte y revolución. Madrid: Casimiro libros, 2013. Impreso.

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